"Ecos de Babel: El Misterioso Universo de las Lenguas"


 Título: "Ecos de Babel: El Misterioso Universo de las Lenguas"

Las profundas ideas de Ferdinand de Saussure han influido significativamente en la lingüística moderna. En su obra seminal, "Cours de Linguistique Générale," Saussure se enfrenta a la tarea de definir el objeto de estudio de la lingüística. Su empeño lo llevó a una realización fundamental: en la lingüística, el objeto de estudio no es una entidad predeterminada, sino un constructo dinámico indisolublemente vinculado al punto de vista del observador.

El Desafío Único de Saussure

La lingüística, a diferencia de muchas otras ciencias con objetos de estudio bien definidos, enfrenta un desafío distintivo. Saussure observa agudamente que el objeto de estudio en esta disciplina no existe de manera independiente, sino que emerge en conjunto con el punto de vista que el científico adopta. La realización centenaria de Saussure sigue siendo pertinente hoy en el ámbito de la investigación lingüística, enfatizando que el objeto de estudio en esta disciplina no es estático, sino más bien es producto de nuestra perspectiva:

"Otras ciencias operan con objetos dados de antemano y que se pueden considerar en seguida desde diferentes puntos de vista. No es así en la lingüística". (Saussure 1916)

La Complejidad Revelada en el Capítulo 3

En el Capítulo 3 de la Introducción del "Cours", este enigma lingüístico se desentraña con elegancia. Saussure demuestra la naturaleza intrincada del análisis lingüístico al ilustrar cómo palabras aparentemente simples, como "nu" ("desnudo"), pueden transformarse en entidades distintas cuando se ven desde diferentes ángulos. ¿Es simplemente un sonido, una expresión de una idea o quizás equivalente a la palabra latina "nudum"? Esta multiplicidad de perspectivas subraya el desafío de aislar un objeto lingüístico unificado:

"Supongamos que alguien pronuncia la palabra francesa 'nu' ('desnudo'). A simple vista, uno podría pensar que esto sería un ejemplo de un objeto lingüístico dado de manera independiente. Pero una consideración más cuidadosa revela una serie de tres o cuatro cosas bastante diferentes, dependiendo del punto de vista adoptado. Hay un sonido, hay una expresión de una idea, hay un derivado del latín 'nūdum', y así sucesivamente. El objeto no se da de antemano en relación con el punto de vista: más bien, se podría decir que es el punto de vista adoptado el que crea el objeto". (Saussure 1916)

Además, Saussure enfatiza la dualidad inherente en los fenómenos lingüísticos. Por ejemplo, los sonidos del habla no son simples vibraciones acústicas, sino que están conectados con la fisiología de los órganos vocales. Esta interacción entre el sonido y la articulación subraya la complejidad intrínseca del lenguaje. El lenguaje en sí mismo es multifacético, abarcando dimensiones individuales y sociales, es a la vez un sistema establecido y una entidad en constante evolución. Estas perspectivas se entrelazan y añaden complejidad al estudio de la esencia del lenguaje:

"El lenguaje tiene un aspecto individual y un aspecto social. Uno no es concebible sin el otro". (Saussure 1916)

Además: "El lenguaje en todo momento implica un sistema establecido y una evolución. En cada instante, es una institución en el presente y un producto del pasado. A simple vista, parece muy fácil distinguir entre el sistema y su historia, entre lo que es y lo que fue. En realidad, la conexión entre los dos es tan estrecha que es difícil separarlos". (Saussure 1916)

La Búsqueda de la Unidad

En medio de estas complejidades, Saussure concluye que no hay un objeto de estudio único e integral en la lingüística. Surge una elección: la lingüística puede simplificar excesivamente su análisis al centrarse en un solo aspecto o abrazar las diversas facetas del lenguaje, lo que resultaría en un abanico de elementos aparentemente desconectados.

Saussure propone una solución a esta disyuntiva. Sugiere que la lingüística debería adoptar “la lengua” ("la langue", el sistema de reglas abstractas subyacente al habla) como su objeto de estudio. Este cambio, de elementos lingüísticos individuales al sistema más amplio conformado por la lengua, ofrece una base clara y autónoma para el análisis lingüístico. "La langue" encapsula el producto social de las facultades del lenguaje y las convenciones compartidas por una comunidad para facilitar el uso individual del lenguaje. Al elevar "la langue" a la posición central, la lingüística puede encontrar orden en medio de la complejidad de los fenómenos lingüísticos:

A nuestro parecer, no hay más que una solución para todas estas dificultades: hay que colocarse desde el primer momento en el terreno de la lengua y tomarla como norma de todas las otras manifestaciones del lenguaje”. (Saussure 1916)

Saussure utiliza la analogía de un jugador de ajedrez para destacar la importancia de abordar la lengua, el sistema subyacente al habla. Así como un jugador de ajedrez debe dominar las reglas del juego, los lingüistas deben comprender las reglas lingüísticas abstractas que subyacen al lenguaje. Estas reglas, similares a las del ajedrez, son la condición de posibilidad del lenguaje en general.

El Cambio de Perspectiva en el Capítulo 6

En el Capítulo 6, ocurre un cambio dramático de perspectiva, lo que conduce a la aparición de un objeto de estudio diferente. Mientras que en el Capítulo 3 se favorece a "la langue" ("la langue", el sistema de reglas abstractas subyacente al habla) sobre los sonidos del habla, el Capítulo 6 pone en primer plano la palabra hablada, o "le mot parlé". Aquí, la lingüística externa se vuelve prominente, declarando como su objeto de estudio a "le mot parlé" o la palabra hablada.

Esta transición se alinea perfectamente con la máxima de Saussure de que el punto de vista crea el objeto. En el Capítulo 3, la perspectiva lingüística interna construye el objeto de estudio, enfatizando la naturaleza abstracta e intrincada del lenguaje como sistema. En el Capítulo 6, la lingüística externa asume prominencia y el objeto lingüístico se transforma en "le mot parlé" o la palabra hablada. Esta transformación ejemplifica la creencia de Saussure de que la lingüística implica comprender los fenómenos a través de diversas perspectivas.

Conclusión

La exploración del objeto lingüístico por parte de Saussure sirve como luz y guía, iluminando el tortuoso camino del estudio del lenguaje. La lingüística, como él sostiene con pasión, no se trata de descubrir objetos preexistentes, sino de comprender los fenómenos lingüísticos tal como se manifiestan a través de varios enfoques.

En un mundo donde el lenguaje es tan multifacético como la cultura humana misma, la sabiduría de Saussure nos recuerda que la búsqueda comienza con la perspectiva que elegimos. Al adentrarnos en la ciencia del lenguaje, debemos hacerlo con conocimiento de la profunda relación existente entre objeto y punto de vista, una lección que nos impartió Ferdinand de Saussure hace más de un siglo.

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Adivina Adivinador

Pregunta 1: Según el texto, ¿cuál fue la realización clave de Ferdinand de Saussure sobre el objeto de estudio en la lingüística y cómo difiere de otras ciencias?

·         Respuesta 1: Ferdinand de Saussure se dio cuenta de que el objeto de estudio en la lingüística no es una entidad predeterminada, sino un constructo dinámico que depende de la perspectiva del observador. Esto difiere de otras ciencias en las cuales los objetos de estudio se dan de antemano y se examinan desde diferentes puntos de vista.

Pregunta 2: En el Capítulo 6 de la obra de Saussure, ¿qué cambio de perspectiva ocurre con respecto al objeto de estudio en la lingüística y cómo se relaciona con la filosofía más amplia de Saussure sobre el papel de la perspectiva en la comprensión de los fenómenos lingüísticos?

·         Respuesta 2: En el Capítulo 6, se produce un cambio de perspectiva hacia la lingüística externa, donde el objeto de estudio se convierte en "le mot parlé" o la palabra hablada. Este cambio se alinea con la creencia de Saussure de que el punto de vista del lingüista crea el objeto de estudio. Ejemplifica su filosofía de que el estudio del lenguaje requiere comprender los fenómenos lingüísticos a través de diversas perspectivas, ya sean internas o externas.

Bibliografía :

Saussure, Ferdinand de. 1916. Cours de linguistique générale. Edited by Charles Bally and Albert Sechehaye, with Albert Riedlinger. Lausanne: Libraire Payot

 

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