¿El fin de la Gramática Universal? Chomsky, la inteligencia artificial y la democratización del conocimiento
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Tinta algorítmica. AI generated |
Introducción: Un paradigma bajo presión
Desde mediados del siglo XX, Noam Chomsky ha sido una figura dominante en la teoría del lenguaje, proponiendo que el ser humano posee una capacidad innata para adquirirlo: el famoso Language Acquisition Device (LAD). Esta facultad, profundamente inscrita en la biología de la especie, explicaría por qué los niños aprenden a hablar con tan poca exposición al lenguaje. Sin embargo, el surgimiento de los modelos de lenguaje artificial (LLMs) —como ChatGPT o Claude— ha traído consigo una paradoja inquietante: máquinas sin cuerpo, sin cerebro, sin intenciones ni órganos biológicos, están generando textos fluidos, coherentes, e incluso creativos. Esta nueva realidad ha llevado a Chomsky a reaccionar con dureza. ¿Se trata de una defensa coherente de su marco teórico o de una respuesta ante el desplazamiento de un paradigma que ya no domina el terreno?
Chomsky y la gramática como órgano del pensamiento
“El lenguaje no fue diseñado para la comunicación, sino para la
expresión del pensamiento.”
—Chomsky, New Horizons in the Study of Language and Mind, 2000
Desde esta perspectiva, los sistemas que se basan en la pura exposición a datos —como los LLMs— deberían fracasar. Y sin embargo, no lo hacen. La capacidad de estas máquinas para generar lenguaje funcional sin disponer de reglas gramaticales explícitas ni estructuras profundas pone en tela de juicio uno de los pilares del generativismo chomskiano: el argumento de la pobreza del estímulo.
LLMs: sin órganos, sin mente, sin reglas… pero funcionales
Los modelos de lenguaje como ChatGPT operan sobre un principio radicalmente distinto: no poseen estructuras innatas ni nociones semánticas; simplemente predicen la siguiente palabra más probable en función de un corpus masivo de datos. En contra de las predicciones de Chomsky, estos sistemas han demostrado una sorprendente eficacia.
La respuesta de Chomsky ha sido tajante. En un artículo publicado en The New York Times en 2023, coescrito con Ian Roberts y Jeffrey Watumull, calificó a estos sistemas como:
“Motores de plagio de alta tecnología, que no hacen más que imitar regularidades estadísticas sin comprensión ni pensamiento.”
En otra declaración aún más severa (difundida en redes), comparó el uso de IA con el mayor robo de propiedad intelectual desde la colonización europea de América. Esta retórica no solo revela una crítica técnica, sino también un rechazo ético y político al modelo de producción textual de la IA. Sin embargo, vale preguntarse: ¿es esto una defensa de la ciencia o una reacción ante la pérdida de privilegio epistemológico?
¿Amenaza a la figura del experto?
Parte de la virulencia del discurso de Chomsky puede entenderse como una reacción al impacto que la inteligencia artificial ha tenido en el orden simbólico de la academia. La escritura, durante mucho tiempo dominio de intelectuales, filósofos y académicos, es hoy accesible mediante interfaces que permiten a cualquier usuario articular ideas complejas, revisar el estilo o traducir textos con una fluidez antes reservada a especialistas. Esta democratización del lenguaje escrito implica una redistribución del poder intelectual.
Chomsky —cuya figura ha estado asociada a un nivel excepcional de productividad intelectual, con libros, artículos y entrevistas producidos con rigor y constancia a lo largo de décadas— podría sentirse desafiado. Hoy, herramientas como ChatGPT permiten a muchos emular, aunque sea superficialmente, esa misma capacidad expresiva y argumentativa.
Al mismo tiempo, él, quien ha defendido durante mucho tiempo el acceso libre al conocimiento, se enfrenta ahora a una paradoja: una tecnología que facilita ese acceso parece, sin embargo, socavar los fundamentos mismos de su teoría del lenguaje, basada en una gramática universal inscrita en la mente humana.
Su reacción, entonces, puede leerse menos como un gesto de resentimiento que como la defensa de una concepción del conocimiento fundada en estructuras mentales universales, comprensión semántica profunda y racionalidad formal.
Derrida y la escritura sin sujeto
Curiosamente, donde Chomsky ve plagio, simulacro y amenaza, otros —como Jacques Derrida— podrían ver una confirmación inesperada de sus intuiciones filosóficas. En De la gramatología, Derrida propone que el lenguaje no es una expresión de una interioridad presente, sino una red de trazas, diferencias y aplazamientos (différance). El sentido no nace de una intención, sino de un juego relacional de significantes que precede al sujeto.
“Il n’y a pas de hors-texte.”
—Jacques Derrida, 1967
Los modelos de IA, que no poseen conciencia ni intención, generan textos comprensibles a partir de diferencias estadísticas entre signos. En ese sentido, funcionan como encarnaciones técnicas del paradigma derridiano: escritura sin sujeto, sin origen, sin trascendental. Así, mientras la IA desafía el modelo chomskiano de lenguaje como órgano del pensamiento, parece confirmar la tesis postestructuralista de que el lenguaje funciona sin fundamento último.
Conclusión: ¿Cambio de paradigma?
El auge de la inteligencia artificial no ha destruido la teoría chomskiana, pero sí ha expuesto sus límites fuera del dominio biológico y cognitivo. Las estructuras generativas profundas no parecen ser necesarias para que el lenguaje opere funcionalmente en contextos no humanos. Esto plantea preguntas fundamentales: ¿es el lenguaje una facultad exclusiva del organismo humano, o una propiedad emergente de sistemas complejos de procesamiento de signos?
Mientras que Chomsky insiste en la importancia del conocimiento, la semántica y la comprensión, los modelos actuales muestran que es posible generar sentido sin intención ni biología. En esta encrucijada, su teoría no desaparece, pero deja de ser la única explicación plausible del lenguaje. Tal vez no sea el fin del Language Acquisition Device, pero sí el inicio de un debate más amplio sobre qué es realmente el lenguaje —y quién tiene derecho a producirlo.
Referencias
- Chomsky, N. (2000). New Horizons in the Study of Language and Mind. Cambridge University Press.
- Chomsky, N., Roberts, I., & Watumull, J. (2023). The False Promise of ChatGPT. The New York Times.
- Derrida, J. (1967). De la grammatologie. Éditions de Minuit.
- Derrida, J. (1976). Of Grammatology (trans. Gayatri Chakravorty Spivak). Johns Hopkins University Press.
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