Areopagitica 2.0: John Milton y la Libertad de Expresión en la Era Digital


"Dejad que la Verdad y la Mentira luchen; ¿quién ha visto alguna vez que la Verdad haya salido perdiendo en un encuentro libre y abierto?"

Introducción

Areopagitica (1644) de John Milton es una de las defensas más contundentes de la libertad de expresión en la historia. Este tratado, que responde a la Orden de Licencias de 1643, la cual requería la aprobación del gobierno antes de publicar, argumenta apasionadamente contra la censura y defiende un mercado libre de ideas. Aunque Milton es más conocido por El Paraíso Perdido, donde trata el libre albedrío, en Areopagitica examina un aspecto igualmente vital de la libertad: el derecho a publicar y debatir libremente.

El título proviene del Areópago, un antiguo tribunal ateniense famoso por su papel en la supervisión de asuntos legales y morales. Al evocar esta institución clásica, Milton alinea su argumento con las tradiciones democráticas de deliberación abierta y debate intelectual, reforzando su creencia de que la verdad surge a través de la discusión sin restricciones en lugar de la supresión.

Casi cuatro siglos después, sus ideas siguen siendo sorprendentemente relevantes. En la era digital, los gobiernos regulan el discurso en línea, las plataformas de redes sociales moderan el contenido y las universidades enfrentan crecientes debates sobre la libertad intelectual. Ya sea a través de la censura estatal, el control corporativo o la presión social para silenciar opiniones opuestas, la lucha fundamental sobre quién decide qué se puede decir continúa. Este artículo examina los argumentos de Milton y sus implicaciones en los debates modernos sobre la regulación de Internet, la cultura de la cancelación y el equilibrio entre la libertad de expresión y la desinformación.

Las Ideas Centrales de Areopagitica

En este tratado, Milton expresa su oposición a la censura previa a la publicación, defendiendo la libertad de expresión. Condena la Orden de Licencias como una herramienta de tiranía, equiparando las restricciones a la prensa con las prácticas opresivas de la Inquisición Católica. Para él, la capacidad de imprimir y distribuir libremente era esencial para el conocimiento, el aprendizaje y el progreso moral. Escribe con contundencia: "Dadme la libertad de conocer, de expresar y de argumentar libremente según la conciencia, por encima de todas las libertades." Este llamado a la independencia intelectual sigue siendo intemporal.

Milton argumenta que prohibir libros equivale a destruir la razón misma. Advierte sobre los peligros de suprimir la literatura, declarando: "Quien mata a un hombre mata a una criatura racional, imagen de Dios; pero quien destruye un buen libro, mata la razón misma." Esta idea se alinea con sus convicciones teológicas en El Paraíso Perdido, donde Dios otorga a los humanos el libre albedrío, confiando en que se enfrenten al conocimiento en lugar de protegerlos de él. Censurar ideas es negar a los individuos su capacidad dada por Dios para elegir.

El Bien y el Mal: La Necesidad del debate Intelectual

Un argumento impactante en Areopagitica es la afirmación de Milton de que la virtud no puede existir aislada del vicio. Insiste: "El bien y el mal crecen juntos casi inseparablemente en el campo de este mundo." Esto refleja su representación de Adán y Eva en El Paraíso Perdido, quienes deben enfrentar la tentación para desarrollar una comprensión moral. Proteger a las personas de ideas dañinas o controvertidas, argumenta, debilita su capacidad de discernimiento.

Este argumento encuentra un paralelo en Más allá del bien y del mal de Friedrich Nietzsche, donde sugiere provocativamente: "¡Quizás incluso sea posible que el valor de aquellas cosas buenas y honradas resida precisamente en su relación hábilmente entretejida con estas cosas malvadas, aparentemente antitéticas, quizás incluso en que sean esencialmente idénticas a ellas!" Ambos pensadores reconocen que el bien no puede comprenderse completamente sin enfrentar el mal, reforzando la idea de que suprimir opiniones disidentes impide que surja la verdadera sabiduría.

Libertad de Expresión en la Era Digital: La Nueva Areopagitica

La resistencia de Milton a la censura en el siglo XVII encuentra una nueva expresión en los debates actuales sobre la regulación de Internet y el discurso digital. Los gobiernos, las plataformas de redes sociales y los grupos de activistas luchan por definir los límites del discurso aceptable. Si bien su batalla fue contra la concesión de licencias impuestas por el Estado, las preocupaciones modernas se extienden tanto a las políticas gubernamentales como al control corporativo de la comunicación.

Las empresas tecnológicas, actuando como guardianes modernos, determinan qué se puede compartir en plataformas como Twitter, YouTube y Facebook. La moderación de contenido, que alguna vez fue una herramienta necesaria para frenar el daño explícito, ahora genera preocupaciones sobre la supresión de puntos de vista legítimos. La eliminación de figuras e ideas controvertidas, justificadas o no, refleja el mismo problema contra el que Areopagitica advirtió: silenciar la discusión en lugar de permitir que la verdad surja del debate.

Del mismo modo, el auge de la cultura de la cancelación, particularmente en entornos académicos, desafía la afirmación de Milton de que enfrentar perspectivas diversas es esencial para el crecimiento intelectual. Las universidades, que en el pasado fueron bastiones de la investigación abierta, ahora enfrentan crecientes presiones para prohibir el acceso a oradores cuyas opiniones provocan indignación. Las palabras de Milton resuenan en este contexto: "Un hombre puede ser hereje en la verdad; y si cree cosas solo porque su pastor así lo dice... la misma verdad que sostiene se convierte en su herejía." Suprimir el discurso no fortalece una causa; debilita la capacidad de argumentación razonada.

El Desafío de la Desinformación y la Libertad de Expresión

Una de las preguntas más difíciles hoy es cómo equilibrar la necesidad de un discurso abierto con los peligros de la desinformación. La propagación de narrativas falsas—desde teorías conspirativas hasta noticias fabricadas—plantea preocupaciones legítimas. Sin embargo, la historia sugiere que la sobre regulación del discurso para combatir falsedades a menudo resulta contraproducente.

Milton reconoció que circularían ideas engañosas, pero insistió en que se debe confiar en que los individuos disciernan la verdad de la falsedad. Sus palabras, "Dejad que la Verdad y la Falsedad luchen; ¿quién ha visto alguna vez que la Verdad haya salido perdiendo en un encuentro libre y abierto?", capturan esta confianza en la razón humana.

Conclusión: ¿Por Qué Milton Sigue Siendo Importante?

Casi cuatro siglos después de que se escribiera Areopagitica, sus advertencias siguen siendo urgentes. Milton reconoció que suprimir el discurso, ya sea por decreto gubernamental o presión social, en última instancia debilita la búsqueda del conocimiento. Su insistencia en que los individuos deben ser libres para comprometerse con ideas, desafiar la autoridad y hacer juicios independientes sigue siendo un principio fundamental de las sociedades democráticas.

En la era digital, donde los gobiernos monitorean el contenido en línea, las corporaciones filtran el discurso y las universidades luchan con conflictos ideológicos, su trabajo es una llamada de atención. Ya sea el riesgo de una regulación excesiva, la silenciosa eliminación de voces disidentes o el desafío de la desinformación, Areopagitica nos recuerda que la libre expresión no es solo un privilegio, sino una necesidad.

En la era digital, donde los gobiernos controlan el contenido en línea, las corporaciones moderan el discurso y las universidades enfrentan conflictos ideológicos, su trabajo se convierte en una llamada de atención. Ante el riesgo de regulaciones excesivas, la eliminación de voces disidentes y el desafío que representa la desinformación, Areopagitica nos recuerda que la libre expresión no es solo un privilegio, sino una necesidad fundamental.

Bibliografía

Milton, John. Areopagitica: A Speech for the Liberty of Unlicensed Printing to the Parliament of England. 1644. Reprint, New York: Dutton, 1951.

Parker, William Riley. Milton: A Biography. 2nd ed. Rev. by Gordon Campbell. Oxford: Clarendon Press, 1996.

Zaret, David. Origins of Democratic Culture: Printing, Petitions, and the Public Sphere in Early-Modern England. Princeton: Princeton University Press, 2000.

 

 

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