Impacto de la revolución lingüística Saussureana en el pensamiento moderno
La observación Saussureana en el Curso de Lingüística General de que “el objeto no está dado de antemano, sino que depende del punto de vista” desafió la idea de que los fenómenos lingüísticos existen independientemente del análisis. Saussure argumentó que la perspectiva del observador construye activamente el elemento estudiado. Esta idea, que más tarde se volvería central en la filosofía de la ciencia moderna, el pensamiento posestructuralista y otros campos, trasciende la lingüística y se extiende a la teoría del conocimiento en general. Sin embargo, su formación dentro del positivismo de la época le impidió reconocer todas las implicaciones de su argumento. La influencia de la metodología positivista limitó su comprensión del papel activo del analista en la configuración del objeto de investigación, especialmente en relación con las ciencias naturales, que a principios del siglo XX todavía eran vistas en gran medida como disciplinas dedicadas al descubrimiento de verdades objetivas.
Desde entonces, los avances en la filosofía de la ciencia—especialmente el trabajo de Thomas Kuhn y Paul Feyerabend—han reforzado y ampliado la postura de Saussure. La teoría de los paradigmas de Kuhn ilustra cómo la investigación científica está guiada por marcos teóricos dominantes, que definen qué se considera una entidad legítima de estudio. Feyerabend, por su parte, critica la suposición de que un método científico universal puede revelar la realidad de manera independiente a los esquemas conceptuales. Al integrar los planteamientos de Saussure con estos enfoques, este artículo demuestra que el conocimiento está intrínsecamente moldeado por el punto de vista, no solo en la lingüística, sino en todas las disciplinas.
Saussure y la construcción del Objeto
Saussure ilustró cómo la identidad lingüística depende del punto de vista adoptado a través del ejemplo de la palabra francesa nu ("desnudo"). A primera vista, escribió, esta podría parecer una unidad lingüística claramente definida. Sin embargo, dependiendo del enfoque analítico, nu puede entenderse como un mero sonido, un portador de significado o una derivación histórica del latín nūdum. La descripción de la entidad en cuestión cambia según el marco teórico empleado. Así, Saussure planteó una pregunta fundamental: “¿Qué es exactamente lo que la lingüística se propone analizar?” A diferencia de disciplinas como la física, donde los cuerpos y los fenómenos parecen estar dados de antemano, la lingüística enfrenta un desafío único: su tema de investigación es inseparable de la perspectiva adoptada. Como señala en el Curso, “¿Cuál es el objeto de estudio en su totalidad? La cuestión es particularmente difícil [...] Otras ciencias tienen objetos de estudio dados de antemano, que luego se examinan desde distintos puntos de vista. Nada de eso ocurre en la lingüística” (Saussure, Curso de Lingüística General).
Sin embargo, la conclusión a la que llega Saussure—Otras ciencias tienen objetos de estudio dados de antemano—es incorrecta. Como han demostrado pensadores posteriores, incluso en las ciencias exactas los cuerpos o fenómenos estudiados no se “des-cubren” simplemente, sino que están moldeados por supuestos conceptuales subyacentes. La formación positivista de Saussure le impidió comprender completamente las implicaciones más amplias de su propia observación, restringiendo el alcance de su teoría lingüística.
En este sentido, su posición recuerda a la del emperador austríaco Maximiliano I (1459-1519), conocido como Der Letzte Ritter ("El Último Caballero") y Der Erste Kanonier ("El Primer Artillero"). Maximiliano estaba profundamente identificado con la caballería medieval, pero al mismo tiempo modernizó la guerra al introducir la artillería, marcando una transición de la estrategia militar medieval a la moderna. De manera similar, Saussure ocupó una posición transitoria en la historia intelectual: aunque arraigado en el positivismo, su obra sentó las bases para movimientos posteriores como el pospositivismo, el posestructuralismo, la teoría crítica, el realismo científico y el pragmatismo. Así como Maximiliano encarnó tanto la tradición como la innovación, las teorías de Saussure oscilaban entre dos paradigmas intelectuales: ancladas en el pasado positivista, pero anticipando movimientos modernos como el estructuralismo y el posestructuralismo.
Los Paradigmas de Kuhn y la Estructuración de los Objetos Científicos
El concepto de paradigma de Thomas Kuhn desafía la noción de que la ciencia es una búsqueda puramente objetiva de la verdad. Un paradigma no es solo un conjunto de teorías; es un marco general que define cómo los investigadores identifican problemas, formulan hipótesis e interpretan datos. Kuhn argumenta que los paradigmas determinan qué se reconoce como un fenómeno científico legítimo. En su libro afirma:“Por lo tanto, cuando los paradigmas cambian, suele haber cambios significativos en los criterios que determinan la legitimidad tanto de los problemas como de las soluciones propuestas” (Kuhn, 1962).
Por ejemplo, antes de la teoría de la relatividad de Einstein, el espacio y el tiempo eran considerados absolutos dentro del marco teórico newtoniano. Esta suposición estructuró la investigación científica durante siglos, influyendo tanto en la formulación de preguntas como en la interpretación de resultados. Sin embargo, el trabajo de Einstein redefinió el espacio-tiempo como un constructo relativo, alterando fundamentalmente el marco dentro del cual se comprendían los conceptos científicos.
Este cambio ilustra que los objetos de estudio de la ciencia no existen de manera independiente al lente metodológico que los define. Así como Saussure demostró que las unidades lingüísticas adquieren identidad según el enfoque analítico que se les aplique, Kuhn muestra que los conceptos científicos están estructurados por el prisma conceptual a través del cual se interpretan. Las revoluciones científicas, por lo tanto, no solo acumulan nuevos conocimientos, sino que transforman lo que se reconoce como realidad en sí misma.
Feyerabend y el peso teórica de la observación
Mientras que Kuhn destaca cómo los paradigmas configuran la definición de los conceptos científicos, Paul Feyerabend va más allá al cuestionar la propia idea de un método científico único. Argumenta que no existe un procedimiento universal que gobierne la producción del conocimiento y que la observación siempre está influenciada por compromisos teóricos previos. En Contra el Método, Feyerabend afirma: “La ciencia es esencialmente una empresa anárquica: el anarquismo teórico es más humanitario y más propenso a fomentar el progreso que sus alternativas de orden y ley” (Feyerabend, 1975). Esta postura socava la idea de que la ciencia puede proporcionar una descripción neutral y objetiva del mundo. En este sentido, la perspectiva de Feyerabend resuena con la de Ferdinand de Saussure, quien señaló, “se podría decir que es el punto de vista adoptado el que crea el objeto. Además, no hay nada que nos indique de antemano si una de estas formas de verlo es anterior o superior a las demás” (Saussure, Curso de Lingüística General).
El análisis de Feyerabend sobre la defensa que hizo Galileo del heliocentrismo ilustra este principio. En su época, la visión aristotélica dominante sostenía que los cuerpos celestes se movían en círculos perfectos alrededor de una Tierra estacionaria. Cuando Galileo observó las lunas de Júpiter orbitando el planeta, sus descubrimientos contradecían el modelo teórico dominante. Sin embargo, muchos estudiosos los rechazaron, pues la visión científica de la época no permitía comprenderlos.
Según Feyerabend, Galileo no simplemente descubrió nuevos hechos, sino que reinterpretó activamente la realidad a través de un esquema conceptual distinto.
Conclusión: Las Implicaciones Universales de la Perspectiva de Saussure
La afirmación Saussureana de que “el punto de vista crea el objeto” sigue siendo tan relevante hoy como lo fue en su tiempo. Aunque originalmente formulada en el ámbito de la lingüística, su perspectiva tiene consecuencias de gran alcance para nuestra comprensión de la información en distintas disciplinas. La teoría de los paradigmas de Kuhn refuerza la idea de que los conceptos científicos no son entidades preexistentes, sino que están moldeados por los marcos conceptuales dentro de los cuales operan los científicos. Feyerabend lleva esta idea aún más lejos al argumentar que la observación nunca es neutral, sino que siempre está mediada por supuestos teóricos. En conjunto, estas posturas revelan que el conocimiento—ya sea en la lingüística, la ciencia o cualquier otro campo—no consiste meramente en descubrir una realidad independiente, sino en construirla a través del ángulo de análisis y la interpretación.
Sin embargo, a pesar de la naturaleza radical de su planteamiento, es posible que el propio Saussure no haya comprendido del todo el carácter universal de su teoría. Su formación intelectual en el positivismo probablemente limitó su capacidad para extender su argumento más allá de la lingüística. A diferencia de pensadores posteriores como Kuhn y Feyerabend, quienes cuestionaron abiertamente la objetividad de la investigación científica, Saussure permaneció dentro de un marco metodológico que en gran medida asumía que las ciencias naturales podían descubrir verdades objetivas. Esta limitación le impidió reconocer que su “revolución copernicana” en la lingüística no solo se aplicaba a su disciplina, sino a la teoría del conocimiento en general.
Si, como sugiere Saussure, cada campo define sus objetos a través de su propio esquema conceptual, debemos reconsiderar críticamente las afirmaciones de verdad absoluta. ¿Qué significa que una idea sea “verdadera” si toda comprensión depende del punto de vista? Esta pregunta—que se encuentra en el centro mismo tanto de la lingüística como de la filosofía—demuestra la relevancia actual de la perspectiva de Saussure en el pensamiento contemporáneo. Aunque él quizá no haya anticipado su impacto total, su trabajo sentó las bases para un cambio epistemológico más amplio, uno que sigue desafiando la manera en que definimos la cognición y la realidad en la actualidad.
Bibliografía
Saussure, Ferdinand de. "Course in General Linguistics." Translated and annotated by Roy Harris. With a new introduction by Roy Harris. Bloomsbury, 2013.
Kuhn, Thomas S. The Structure of Scientific Revolutions. Chicago: University of Chicago Press, 1962.
Feyerabend, Paul. Against Method: Outline of an Anarchistic Theory of Knowledge. London: New Left Books, 1975.
Popper, Karl. The Logic of Scientific Discovery. New York: Basic Books, 1959.
Worrall, John. "Structural Realism: The Best of Both Worlds?" In Philosophy of Science: A Contemporary Introduction, edited by Thomas M. Lesley, 135-154. New York: Routledge, 2010.
Misner, Charles W., Kip S. Thorne, and John Archibald Wheeler. Gravitation. San Francisco: W. H. Freeman, 1973.
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